Dolores Sopeña, fundadora de la Familia Sopeña, muere en Madrid, el 10 de enero de 1918. Desde el momento de su muerte, se empieza a extender su fama de santidad. En su testamento espiritual, dictado antes de morir, dejó dicho «desde el cielo os bendeciré siempre y desde allí os ayudaré más…» Por eso, muchas personas se encomiendan a su intercesión rezando su conocida «novena».
En el año 1980, después de un largo proceso, S.S. Juan Pablo II, introdujo su Causa de Canonización.
El día 11 de julio de 1992, Juan Pablo II declara heroicas sus virtudes; el 23 de abril de 2002, se promulgó el Decreto de Aprobación del milagro realizado por su intercesión, y el 23 de marzo de 2003 se celebró la ceremonia de su Beatificación.
Actualmente ya se encuentra en Roma, para su estudio, la instrucción de un presunto milagro realizado por la Beata Dolores Sopeña que, de aprobarse, daría paso a su Canonización.
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