Ver a Dios en todo y en todos

Otro rasgo peculiar es su sensibilidad especial para ver a Dios en todo y en todos. Para Dolores Sopeña, el mundo es transparente y todo es susceptible de convertirse en lugar de encuentro con Dios pues toda la realidad está transida de su presencia. Una expresión muy suya es: "he visto visiblemente a Dios obrar a mi lado " y este verbo: "ver", lo usa infinitud de veces. Ahora bien, para encontrarse con Dios no necesitaba apartarse del mundo, "retirarse". Sin negar la importancia de reservar momentos de oración personal, es ese en-cuentro personal permanente lo que la permite mantener su presencia a lo largo de toda la jornada. Su espiritualidad unificada se descubre en su deseo constante de que "la vida sea un solo acto de presencia de Dios" . Esto le permite comentar: "Algunas se lamentan de que saliendo se disipan. Pues no tengo motivo para ello. ¿Veo un obrero? Ver en él la imagen de Dios; de manera que, en vez de disiparme, me enciendo más en amor de Dios" .Esta forma tan existencial de vivir a Dios presente en todo y en todos hace que para Dolores Sopeña todas las cosas sean importantes, por pequeñas que aparezcan: escribir, hablar, caminar, incluso dormir. Todo el mundo es como un gran espejo en el que Dios dibuja su figura y a través del cual nos ama; y todo puede convertirse en una ocasión para que nosotros respondamos a ese amor con amor. Y para ello, no hacen falta obras extraordinarias sino vivirlo todo desde Dios, con la intención siempre recta.Fue esta capacidad de descubrir a Dios presente en todo y en todos, unida a esa actitud de fondo de vivir la vida con conciencia dando sentido a cada cosa que hacia por insignificante que pareciera, lo que le permitió desplegar su enorme actividad, no movida únicamente por una sensibilidad social sino, sobre todo, por la fuerza de quien se sabe amada por Dios y que siente el deseo y la necesidad de responder a ese amor, amando y trabajando sin descanso por el bien de los demás.

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