Señor, te encomiendo este día que comienza. Deseo estar arrojado/a en brazos de tu amor y misericordia. Que tu amor sea el que me mueva en todo y nada más. Llévame donde Tú quieras, pero ven Tú conmigo. Y, que antes de pensar, hablar, obrar siempre te pregunte a ti: ¿pienso esto?, ¿hablo esto?, ¿obro de esta manera?… Y lo que Tú me respondas así hacer, pues sólo deseo agradarte a Ti en todos los instantes de mi vida. Bendíceme a medida de los deseos que tengo y te sepa ser agradecido/a por tantos inmensos beneficios. Amén.
POR LA MAÑANA
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario