Tres miradas fijas debemos tener para trabajar eficazmente en el apostolado: Mirar siempre nuestra pequeñez y fragilidad; tener una confianza ciega depositada en nuestro Señor; vaciar nuestro corazón por completo para que sólo Dios lo llene. Únicamente así, conseguiremos cumplir nuestra misión.
EFICACIA APOSTOLICA
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