APOSTOLADO

  • Aquí me tienes dispuesto/a a todo por tu amor. Permíteme correr por calles y barrancos para enseñarles a todos a conocerte y amarte.
  • Yo me ofrezco incondicionalmente a tu servicio… Extender tu Reino es mi mayor deseo y el constante anhelo de mi corazón.
  • Yo no sé dónde quieres que te sirva ni de qué manera; lo que sí sé es que mi corazón se abrasa en deseos de darte a conocer…
  • ¡Cuánto gozaba en dar a conocer a Dios! Yo me decía en mi interior: “¡Ésta es mi vocación!”
  • Me ofrezco incondicionalmente para trabajar por los demás.
  • Me eché en brazos de mi Dios, como siempre, y sentí consuelo en el fondo de mi alma ante la idea de trabajar por Él y por los demás.
  • Siempre orando…, amando… y trabajando por la salvación de todos.
  • El amor de Dios y del prójimo es un lazo con un nudo en el medio. Si de veras amamos a Dios, no es posible que estemos quieto/as.
  • Deseo ir donde quiera que me mandes a ayudar a los demás… Al fin del mundo… América… al Napo… hasta en el infierno me metería si pudiera sacarlos de ahí…
  • “Misioneras en medio del mundo…” ¡Qué felicidad! Te hago la entrega total de todo mi ser… Acepta mi vida en la forma que sea de tu gloria… es mi mayor deseo… 

No hay comentarios:

Publicar un comentario